Sí, objetivamente, las pantallas mates no se ven tan bien como las brillantes, pero eso es cierto en un entorno muy controlado. En el mundo real, los monitores de superficie mate son la única alternativa práctica y racional.
Los monitores mates emplean superficies de plástico fabricadas con diferentes polímeros que se someten a un proceso de grabado. Dicho grabado, ya sea química o mecánicamente, crea una enorme cantidad de surcos o hendiduras en la superficie de la pantalla, los cuales sirven para reducir la reflectividad dispersando la luz que llega al monitor. Aunque puede que se siga produciendo un leve resplandor, no es ni de lejos como los auténticos reflejos que se sufren con las pantallas brillantes.
No obstante, una pantalla que rechaza la luz inevitablemente también la bloquea. Mientras que las pantallas brillantes dejan pasar casi sin filtrar todo lo que muestra la pantalla, las mates bloquean mucho más la salida de luz del monitor. Básicamente, con pantallas mates se obtiene una menor iluminación de la imagen: menos imagen. Ciertos detalles menores pueden verse disminuidos, el contraste se reduce y los colores no aparecen tan vivos como en una pantalla brillante.
Como contrapartida, nuestros pobres ojos no se ven obligados a soportar irritantes reflejos y deslumbramientos que cansan la vista. Tampoco hay que temer tocar la pantalla, ya que las huellas dactilares no se quedan tan fácilmente impresas en las pantallas mates como en las brillantes. Por lo tanto, en el caso de los monitores, los mates son la mejor opción. No hay que preocuparse por cómo colocamos una lámpara en la mesa de trabajo, o de juegos, porque los reflejos no serán un problema. No tenemos que pensárnoslo diez veces antes de abrir las cortinas y dejar entrar algo de luz. Con las pantallas mates, la luz no es el enemigo.
A diferencia de los televisores, los monitores mates son una opción absolutamente obvia, especialmente porque los monitores modernos aportan cada vez más brillo. Si bien hace cinco años un monitor de 300 nits era bueno, hoy en día se encuentran fácilmente paneles de 500 o 1000 nits que cumplen con los requisitos de DisplayHDR 400 y DisplayHDR 1000. Aunque los monitores se vuelven cada más brillantes, los materiales mates permanecen invariables y, por tanto, hay más luz que atraviesa la protección antirreflectante. En pocas palabras, la calidad de imagen en los monitores mates no deja de mejorar. Es difícil notar la diferencia en la mayoría de los casos.