Los avances y los cambios de la tecnología han modificado la forma en la que vemos las películas. Antes, la gente tenía que ir al cine para ver los nuevos estrenos. Si querías volver a ver esas películas en casa, la única opción era el VHS. Con el tiempo, se fueron introduciendo en el mercado los formatos de vídeo VCD, DVD y Blu-ray. Aunque las imágenes de estos formatos de vídeo no pueden competir con las de los proyectores de cine, la calidad de imagen ha mejorado considerablemente y ahora es mucho más vívida y delicada que en el VHS. A primera vista, parece que estos formatos han mejorado la calidad de visualización. Sin embargo, traen consigo algunos problemas ocultos que los directores no pueden ignorar. En oposición a los proyectores de cine, que emiten una luz a través de una lente transparente y después proyectan imágenes en la gran pantalla, estos nuevos soportes necesitan una pantalla con un panel plano que utiliza un sistema de retroiluminación. Con los monitores de retroiluminación LED es más fácil obtener colores imprecisos.