Además del tamaño de la pantalla, la resolución es otra especificación relevante a tener en cuenta. El 4K, también llamado UHD o 2160p, es la más alta de las resoluciones más comunes en monitores y televisores. Tiene exactamente 3,840 píxeles de ancho y 2,160 píxeles de alto y le brinda cuatro veces la calidad de imagen de 1080p.
En términos de resolución, generalmente cuanto mayor sea el tamaño, mejor. Cuantos más píxeles tenga una pantalla, más nítida será la imagen mostrada. Sin embargo, las resoluciones más altas requieren más potencia de la fuente para ofrecer todos esos píxeles. Debido a esto, los monitores 2K se hicieron muy populares entre los jugadores de PC.
Las consolas de videojuegos funcionan un poco diferente; son sistemas altamente optimizados diseñados para una resolución objetivo específica. Todas las consolas de la generación actual ofrecen compatibilidad con juegos 4K, y las de próxima generación están específicamente diseñadas para reproducir contenido 4K o superior. Si también consideramos la gran cantidad de contenido de vídeo 4K disponible, parece que comprar una pantalla UHD sea una apuesta segura y una inversión a prueba de futuro.