Todo se complica un poco porque la vista del ser humano no es ni analógica ni digital. Si bien existen pruebas que miden la calidad de la vista, ninguna ofrece estándares precisos. No podemos determinar la visión de la gente en píxeles o resoluciones tan claramente como lo hacemos con la tecnología, ¡al menos todavía no!
Eso significa que la distancia de visualización tiende a parecer muy subjetiva, casi como una cata de vinos. Hay quienes piensan que un buen contenido en 1080p se parece al 4K y otros que no pueden distinguir entre 8K y 720p, pero suponiendo una hipotética persona con la vista “perfecta” (visión 20/20, también conocida como 6/6 en ocasiones), podemos establecer marcadores razonablemente aplicables que se pueden emplear para obtener los mejores resultados posibles.
Para ser francos, si nos sentamos demasiado lejos de una pantalla, desperdiciaremos las ventajas que esta nos pueda ofrecer. Estando lo suficientemente lejos, hasta 16K se ven como 480p. Sencillamente, el ser humano no puede percibir los detalles a partir de cierta distancia, generalmente desde 7 m o más. No hay más que ir a una sala de cine para comprobarlo. ¿Somos capaces de afirmar si la película se reproduce en 4K, QHD o 1080p? La respuesta es no, no podemos. Y a las distancias de una sala de cine, en realidad no importa. Podríamos sentarnos muy cerca de la pantalla, pero entonces nuestro campo de visión se reduciría o veríamos los píxeles sueltos, lo que resulta muy desagradable.