Todos sabemos que en condiciones "ideales", los colores de una foto deben exhibirse de manera coherente, independientemente de los dispositivos utilizados (monitor, impresora, dispositivos móviles, etc.), pero desafortunadamente, este nunca es el caso. Los colores de la misma pieza de arte podrían aparecer de manera muy diferente en los monitores de ordenador de la oficina, los del hogar y el terminal del cliente, lo cual es muy molesto para muchos fotógrafos. Lo que debemos hacer en situaciones como esta es llevar a cabo una gestión del color. Entonces, ¿qué es exactamente la gestión del color? En términos simples, utiliza una tecnología de conversión de color controlable para que los colores que se muestran en varios dispositivos se puedan reproducir "de la manera más fiel posible". La razón por la que cada dispositivo exhibe colores de manera diferente no solo se debe a que los modos de color utilizados en cada dispositivo son diferentes, sino que también se debe a pequeñas diferencias en los componentes de los lotes utilizados para la producción en masa. ¿Cómo resolver este problema? Ahora, lo que necesitamos es un espacio de color estándar que actúe como un mercado de intercambio que permita que dos dispositivos diferentes conviertan espacios de color o gamas de colores de forma coherente. De este modo, podemos ver los colores reproducidos de la forma más fiel posible en diferentes dispositivos.