Quizás la ventaja más notable de usar un monitor USB-C sea la comodidad de no tener que lidiar con varios cables o adaptadores. La conectividad USB-C en un monitor permite conectarlo directamente a nuestro portátil sin gastar más dinero ni llevar voluminosos adaptadores. Además, que no haya que usar adaptadores adicionales también evita el retraso añadido a la señal de vídeo pues, como es bien sabido, el retraso de entrada es uno de los mayores inconvenientes para disfrutar de un monitor. La señal de vídeo que circula por un cable USB-C es en realidad DisplayPort y, por lo tanto, cualquier adaptador USB-C a HDMI tendrá que realizar cierto procesamiento de señal, con la consiguiente posibilidad de degradar la calidad del vídeo. Pensándolo bien, seguro que no nos hemos comprado ese magnífico monitor 4K para tener una calidad de vídeo inferior a la normal por culpa de adaptadores innecesarios. Una conexión simple cuenta con la ventaja de tener menos cosas que transportar y ofrecer una mejor señal con toda su calidad intacta.
Otro problema habitual del uso de adaptadores es que suelen romperse. Llevar un adaptador con nosotros para cuando podamos necesitarlo puede forzar esas conexiones y cables tan delicados. No hay nada peor que sacar el adaptador en el momento en que lo necesitamos para acabar dándonos cuenta de que ya no funciona. Muchas veces, ir a la tienda a por uno nuevo o esperar unos días a que nos manden otro sencillamente no es una opción. Un cable USB-C es tan simple y económico como cualquier otro cable que tengamos, lo que significa que, a menos que lo tratemos muy mal, no se romperá.
Además de la sencillez del cable USB-C, cabe mencionar su sorprendente versatilidad. Nunca antes un cable tan simple y económico había sido capaz de hacer tantas cosas a la vez. Un solo cable USB-C puede transportar señales de vídeo DisplayPort de hasta 8K a 60 Hz, señales de audio digital, datos ultrarrápidos a través de USB 3.1, así como hasta 100 vatios de alimentación para cargar o hacer funcionar nuestros dispositivos (hablaremos más sobre eso más adelante). Esto significa que nuestro monitor puede integrar fácilmente concentradores USB, lectores de tarjetas de memoria, cámaras web y cualquier otro dispositivo USB que podamos imaginar sin necesidad de cables adicionales que vayan del monitor al ordenador.