Sé creativo y experimenta con diferentes perspectivas, ángulos y puntos de vista. Lo cierto es que no existen reglas de composición estrictas y rápidas en la fotografía: a veces las imágenes más interesantes están descentradas o son un poco extravagantes. Los perros están más cerca del suelo que nosotros, así que toma una serie de imágenes mientras está acostado en el suelo y dispara desde su punto de vista. También puedes hacerles fotos directamente a la altura de sus ojos mientras están sentados, o disparar desde arriba, apuntando la cámara directamente hacia ellos. Incluso puedes cortarles parte acercándote para obtener un primer plano de la nariz o una imagen detallada de los ojos. No pases por alto las patas, las colas y las orejas, también, para captar algo más abstracto.
No olvides comprobar el fondo en busca de objetos al lado o detrás de tu protagonista. Sillas, personas, cubos de basura, postes de luz y otros perros (por nombrar solo algunos) pueden arruinar tus fotografías, así que son cosas que debes vigilar. Puedes apartar a la gente y a otros perros y, en el caso de objetos inanimados, puedes cambiar de ángulo o llevarte a tu perro a otro lugar para evitar que estos elementos aparezcan en la imagen.
Las características interesantes que añaden algo a tu imagen suponen una gran contribución, mientras que los objetos indeseados o el desorden pueden ser una distracción. Trato de buscar fondos limpios y sencillos como una extensión de hierba o el cielo despejado, un bonito banco de un parque o una superficie con determinado patrón. Si tu perro no se queda quieto, colócalo en una silla o un banco resistente donde se sienta cómodo. Esto te dará unos valiosos segundos, ya que no podrán echar a correr tan rápido como lo hacen cuando están en el suelo.
Sobre todo, el tiempo que pasas con tu perro debe ser divertido, y fotografiarlos no es una excepción. Haz que tu sesión de fotos sea fácil y llevadera y, por supuesto, diviértete. Disfrutar del proceso es tan importante como el resultado final.