Lo más probable es que estemos bien cubiertos en ese aspecto. No obstante, solo por aclararlo, nuestra conexión a Internet debe tener al menos 25 Mbps disponibles para Netflix en todo momento si queremos disfrutar del streaming en 4K HDR. Eso brinda al servicio el margen suficiente para gestionar grandes paquetes de datos. Así pues, si tenemos una conexión de 200 Mbps pero estamos descargando archivos grandes y, al mismo tiempo, jugando por Internet mientras tratamos de ver Netflix, puede que esos 25 Mbps no estén disponibles en todo momento. Si queremos sentarnos a disfrutar de contenidos 4K, nuestra recomendación es no sobrecargar la conexión a Internet a no ser que contemos al menos con 500 Mbps.
En relación con esto, también cabe recordar que Netflix y todas las demás plataformas de streaming funcionan totalmente a través de la nube. Dependen de la disponibilidad del servidor y tienen ocasionales períodos de embotellamiento o sobrecarga, especialmente en días festivos importantes. Si la red troncal de Netflix tiene problemas de conectividad, podría bajar hasta 288p incluso en la mejor pantalla y con la conexión más rápida. Solo queda ser pacientes: pasará.
Además, la calidad de transmisión puede diferir según las fuentes. Si nuestra pantalla está conectada a un PC y a una videoconsola y ambas tienen instalada la aplicación de Netflix, tenemos que comprobar cuál nos ofrece mayor calidad. No intentemos transmitir Netflix directamente desde Chrome o desde otro navegador que no sea Microsoft Edge. Este último es compatible con la reproducción UHD 4K de Netflix, pero sin duda la mejor manera de disfrutarlo es con una aplicación dedicada.