Mientras que un valor como 2500:1 es el contraste nativo producido por el panel sin procesamiento adicional, el contraste dinámico entra a menudo en la estratosfera de las especificaciones con valores como 20 000 000:1. Si observamos la configuración de nuestro monitor o televisor, es probable que nos encontremos con algo llamado potenciador del contraste o un nombre parecido. Los monitores BenQ utilizan diversos algoritmos y herramientas de procesamiento como Black eQualizer, Light Tuner y HDRi para afinar y ajustar tanto el contraste como el brillo. Este procesamiento en las pantallas modernas mejora el contraste hasta producir un gran efecto y no debe ignorarse como si fuera mera propaganda.
Érase una vez que el contraste dinámico estaba muy mal visto. Los aficionados a la imagen lo consideraban una trampa y muchos pensaban que el efecto desembocaba en la pérdida de detalles. El retraso debido al procesamiento adicional también preocupaba mucho a los jugadores.
Todas estas cuestiones siguen siendo válidas hasta cierto punto. Por ejemplo, no podemos negar que el contraste dinámico añade un poco de retraso de entrada, ya que de hecho es otro paso más para visualizar una imagen. Sin embargo, los procesadores de los monitores no dejan de mejorar. La mayor parte del estigma asociado con la mejora del contraste se remonta a la década del 2000, cuando las primeras pantallas LCD realmente populares tenían un contraste deficiente e implementaban realces de contraste mediocres.
Esos tiempos pasaron. Nuestro típico televisor o monitor de buena calidad encierra una potencia de procesamiento considerable y puede gestionar una mejora efectiva del contraste sin reducir los detalles. En cuanto al retraso de entrada, cuando se daba por buena una cifra de 50 ms en los LCD, sin duda cualquier procesamiento adicional suponía un problema. Ahora, un buen monitor de juegos a 144 Hz apenas supera los 20 ms, incluso en el peor de los casos, con todo puesto y conectado a una fuente especialmente exigente o lenta. En estas circunstancias, el retraso de la mejora del contraste no se nota, a menos que tengamos una percepción sobrehumana.