Los proyectores portátiles bien diseñados, en los que los ingenieros se esfuerzan por ofrecer lentes controlables, ajuste de altura y piezas móviles fiables, tienden también a ser mucho más duraderos que el producto genérico medio. Esto tiene mucho sentido cuando se piensa en ello. Los buenos no se fabricaron rápidamente para venderse en masa durante una semana en el Black Friday, sino que se hicieron para durar, y permanecer. Por eso, tienen cosas como la resistencia al agua, a la humedad, a las caídas y a los golpes. Porque ser portátil significa... ir a sitios, y el ir a veces implica todo tipo de sorpresas. Desde la caída ocasional de la lluvia hasta la caída de una estantería. Un buen proyector portátil lo tiene en cuenta, para que no tenga que comprar uno nuevo si se produce esa eventualidad.
No se preocupe, esto puede parecer mucho, pero elegir el proyector portátil adecuado no es tan difícil. Con la información adecuada, sabrá distinguir los mejores en un abrir y cerrar de ojos.