Es una máquina 4K a 60 Hz de la cabeza a los pies. Impresionante, sin duda, pero no está orientada a las altas frecuencias de refresco. Algunos títulos ofrecen 120 Hz, pero en resoluciones menores y con ajustes reducidos. La Series X también es una máquina asombrosa, pero no es una buena opción para entornos de escritorio. Para el televisor 4K o el proyector de juegos del salón, sin duda sí lo es. La Xbox Series X presenta sus juegos con una fórmula muy estable: 4K a 60 Hz en configuraciones altas o ultra. Es casi indistinguible de las versiones de juegos para PC, aparte del hecho de que el PC ofrezca fotogramas desbloqueados, si tenemos una GPU lo suficientemente potente. Nos parece poco probable que la Series X vaya a superar los 120 Hz, dado que eso implicaría ir a resoluciones más bajas. Obviamente, con 12 TFLOPS de potencia de GPU, la Series X podría llegar sin esfuerzo a los 165 Hz o más en 1080p y 1440p, pero no es algo en lo que Microsoft parezca interesado.
La conclusión es que, si preferimos una alta frecuencia de refresco en 1080p a 60 Hz en 4K, la Series S es nuestra consola. Tanto la Series X como la PS5 son dispositivos con configuración ultra 4K a 60 Hz con HDR y no priorizan ir más allá de los 60 Hz, ya que la directriz principal para ambas es evitar sacrificar la resolución y la calidad visual. La Series S está libre de esas restricciones y no tiene problemas para funcionar en 900p a 165 Hz si los desarrolladores lo permiten.